El quejo nuestro de todos los días
Mucho nos
gusta quejarnos por todo y por nada que nos sucede en el día, hasta por la vida
que tenemos como la tenemos nos quejamos. Esto es el quejo nuestro de todos los
días, no falla ante la nada ni nadie, siempre hay una queja que grande o pequeña
la hay porque tenemos que quejarnos. Pero olvidamos una cosa básica, que
debemos tener un corazón agradecido siempre ante todo sea en lo cotidiano en lo
significativo que hallamos orado por esa petición largo tiempo y el Buen Dios nos
la concedió en su justo y preciso tiempo con una bendición maravillosa e increíble.
En lo mucho y en lo poco tengamos siempre una alabanza a Dios antes que una
queja, un corazón agradecido tiene paz y recibe bendiciones inesperadas todos
los días porque su fe descansa en el Salvador y en Él espera paciente y
calladamente su recompensa. Recordando siempre que el Padre siempre pero
siempre tiene una bendición guardada para dárnosla en el momento justo para que
podamos confirmar una vez más cuán grande es Él y ser testigos y testimonios de
su Poder Inmenso, Infinito, Misericordioso siempre Bueno y Fiel Jehová. Por eso
antes del quejo nuestro de todos los días digámosle al Padre Celestial Gracias
Padre, por lo que me das, por lo que no porque tú estás conmigo todos los días y
por sobre todo esto por tu amor y salvación gloria a tu Bendito Nombre hoy
hasta la eternidad, amén.
Escrito por
Rebecca Vila
Cano
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